lunes, 21 de julio de 2014

Atentados del 11 de septiembre de 2001



Los atentados del 11 de septiembre de 2001 fueron una serie de atentados terroristas suicidas cometidos aquel día en los Estados Unidos por miembros de la red yihadista Al Qaeda mediante el secuestro de aviones de línea para ser impactados contra varios objetivos y que causaron la muerte a cerca de 3.000 personas y heridas a otras 6.000, así como la destrucción del entorno del World Trade Center en Nueva York y graves daños en el Pentágono, en el Estado de Virginia, siendo el episodio que precedería a la guerra de Afganistán y a la adopción por el Gobierno estadounidense y sus aliados de la política denominada de Guerra contra el terrorismo.

Los atentados fueron cometidos por diecinueve miembros de la red yihadista Al-Qaida, divididos en cuatro grupos de secuestradores, cada uno de ellos con un terrorista piloto que se encargaría de pilotar el avión una vez ya reducida la tripulación de la cabina. Los aviones de los vuelos 11 de American Airlines y 175 de United Airlines fueron los primeros en ser secuestrados, siendo ambos estrellados contra las dos torres gemelas del World Trade Center, el primero contra la torre Norte y el segundo poco después contra la Sur, provocando que ambosrascacielos se derrumbaran en las dos horas siguientes.

El tercer avión secuestrado pertenecía al vuelo 77 de American Airlines y fue empleado para ser impactado contra una de las fachadas delPentágono, en Virginia. El cuarto avión, perteneciente al vuelo 93 de United Airlines, no alcanzó ningún objetivo al resultar estrellado en campo abierto, cerca de Shanksville, en Pensilvania, tras perder el control en cabina como consecuencia del enfrentamiento de los pasajeros y tripulantes con el comando terrorista. Tendría como eventual objetivo el Capitolio de los Estados Unidos, ubicado en la ciudad de Washington D.C.







Llegada del hombre ala Luna

El 20 de julio de 1969 la cápsula Eagle, en la undécima misión del programa Apoyo, se posó en la Luna y los astronautas Neil Armstrong y Edwin Aldrin fueron los primeros seres humanos que han caminado lejos del planeta que habita su especie.

La segunda guerra mundial

La segunda guerra mundial fue un conflicto armado que se extendió prácticamente por todo el mundo entre los años 1939 y 1945. Los principales beligerantes fueron, de un lado, Alemania, Italia y Japón, llamadas las potencias del eje, y del otro, las potencias aliadas, Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos, la Unión Soviética y, en menor medida, China.




Estados Unidos lanza la bomba atómica




El 6 de agosto de 1945, el avión de guerra norteamericano Enola Gay lanzó a “Little Boy,” una bomba atómica de 9,700 libras, sobre Hiroshima. Dentro de ocho días, Japón se rindió, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial. 



Noventa mil personas murieron a consecuencia del brillante relámpago y el impacto subsiguiente que destruyó el 75 por ciento de la ciudad de Hiroshima, Japón, el 6 de agosto de 1945, cuando un avión de Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica que se usaba en una guerra. La explosión y los incendios que se desataron hirieron a otras 60.000 personas, muchas de las cuales murieron después de cáncer y otras enfermedades producidas por la radiación. Tres días más tarde los estadounidenses lanzaron otra bomba sobre Japón, esta vez en la ciudad de Nagasaki. Otras 40.000 personas murieron instantáneamente.

Dos bombas atómicas: muerte y destrucción indescriptibles e indiscriminadas. La segunda guerra mundial terminó finalmente y el mundo entró en la era nuclear.

Éstas son las únicas veces en que se han usado armas nucleares contra la población. Esperemos que sean las últimas. Pero la mera existencia de esas bombas atómicas, y de las mucho más poderosas armas termonucleares que las reemplazaron, hacen de 1945 una fecha crucial. Nadie sabe qué nos deparará el futuro.











La Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial, también conocida como Gran Guerra, fue una guerra mundial, localizada principalmente en Europa, que comenzó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918. Hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra era llamada Gran Guerra o simplemente Guerra Mundial. En Estados Unidos originalmente se la nombró como Guerra Europea. 


Más de 9 millones de combatientes perdieron la vida, una cifra extraordinariamente elevada, dada la sofisticación tecnológica e industrial de los beligerantes, con su consiguiente estancamiento táctico. Está considerado el quinto conflicto más mortífero de la historia de la Humanidad. Tal fue la convulsión que provocó la guerra, que allanó el camino a grandes cambios políticos, incluyendo numerosas revoluciones con un carácter nunca antes visto, en varias de las naciones involucradas.

La Revolución Francesa

La Revolución Francesa fue un proceso que se inició el 14 de julio de 1789, y que por una serie de razones se destaca de las demás revoluciones de esta época.
Francia era el país más poblado de Europa Occidental, el más próspero del continente y también el que gozaba de mayor prestigio intelectual como centro de iniciativa de la revolución ideológica del Siglo XVIII.
Este día contrarios a la monarquía que gobernaba, se apoderaron de la Bastilla, cárcel del Estado y símbolo del poder absoluto del rey, en busca de armas y municiones.
Esta revolución no fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países, en donde se desataron conflictos sociales similares, en contra de un régimen opositor, como era la monarquía.
Significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista.

Los Norteamericanos se Independizan





El espíritu del 4 de julio de 1776, fecha en que el Congreso Continental adoptó la revolucionaria Declaración de Independencia  dio a luz a la que con el tiempo sería la más poderosa nación del mundo.

La Revolución Norteamericana, producto del pensamiento ilustrado del siglo dieciocho, dio comienzo a una era de revoluciones. Preparó el escenario para la conmoción cultural de la Revolución Francesa de 1789, y para muchas insurrecciones sucesivas, en las colonias europeas y en la misma Europa.



La rebelión se propagó por Sudamérica a comienzos del siglo diecinueve, y la mitad del siglo fue testigo de muchas más revueltas en naciones como Bohemia y Hungría. En el siglo veinte, el fervor revolucionario puso por fin término a la era colonial. Las revoluciones inspiradas en la ideología marxista continuaron dislocando el viejo orden en lugares tan diversos como Rusia y China.